Creado en Domingo, 27 Diciembre 2009 09:59
Por: Psic. Ana de la Macorra
Estamos comenzando un ciclo más. Otra oportunidad que el calendario nos regala para recapitular, deshechar lo viejo y lanzarnos a disfrutar de lo nuevo. Sin embargo, atrevernos a vivir lo nuevo o, simplemente, reconocerlo, muchas veces no es tan fácil. El cambio puede asustar y por lo tanto nos podemos resistir a ello. Oponerse también resulta difícil y desgastante, sería como intentar detener un río cuando vivimos resistiéndonos a nuevas experiencias, nuevas actitudes, nuevos retos… ya que, como sabemos, la vida se transforma.
No se trata de germinar una vida: porque somos la vida misma; se trata de tener nuevas alternativas, de romper con antiguos patrones y re-iniciar, una experiencia para alcanzar una diferente y superior forma de vida.
En nuestro caminar nos vamos encontrando con diversos ciclos que se abren y cierran como lo hacen las flores con y sin el sol.
Todo se mueve: lo que comienza, termina en algún momento y da paso a que algo más comience. Lo que nace se transforma y más tarde muere para volverse a transformar en vida. Esto es, vivimos en una constante renovación, en un constante renacimiento.
Hay muchas personas que sin saberlo, tratan de detener la natural renovación de sí mismas y de sus circunstancias, ya sea por ignorancia o por miedo y, sin querer, caen en un estancamiento parecido al estar muertas. Medio muertas, podemos decir. Y hay muchas maneras de estarlo, cuando vivimos pegadas al pasado y sin vivir conscientes del presente, cuando nos aferramos a relaciones que ya terminaron, cuando no apreciamos los beneficios que la vida nos da, cuando vivimos rechazando lo que es y nos inventamos pretextos para no cambiar lo desagradable y nada más nos quejamos eternamente, aferrándonos a viejos hábitos… En un rápido resumen: muerta en vida sería cuando al respirar (o sea todo el tiempo) no te das cuenta de que lo estás haciendo y no te das cuenta de que estás VIVA.
El terapeuta transpersonal y escritor, José López Guido, escribe que en el momento que te des cuenta que la chispa de vida y la alegría la tienes apagada, es momento de renacer. El renacimiento, como él lo plantea, es la acción impulsora que despeja el letargo, la depresión y la apatía. “Renacer es permitir que las aguas fluyan en la dirección que debe fluir, porque todo tiene un cauce, todo sigue su cauce y lo que interrumpe tarde o temprano, es derruido por la inflexible fuerza de la naturaleza”.
Y dice más: “Liberarse del proceso de muerte significa liberarnos de nuestro aislamiento, interactuar con el entorno y permitir que con nuestra participación todo se beneficie”. Renovarse es sabio, es natural y es delicioso.
Existen diversas técnicas terapéuticas que facilitan esta renovación y brindan la oportunidad de que te vuelvas creativa en el diseño de tu vivir. Lo hemos repetido muchas veces, tú elijes lo que quieres vivir y lo que no quieres también. ¡¡¡Feliz nuevo año, felices nuevas experiencias!!!
1. Durante el día, ¿tienes constantemente ganas de estar dormida y no despertar?
2. ¿Tienes algún tipo de enfermedad crónica?
3. En tus relaciones, ¿hay constantes rupturas? ¿Desencuentros?
4. ¿Sientes resentimientos hacia alguien, algo o hacia ti misma?
5. ¿Sientes hastío o aburrimiento por lo que estás viviendo?
Si dices que sí a alguna de las siguientes preguntas te convendría mucho un renacimiento y elevar tu calidad de vida... escríbenos a serluna y te recomendamos una psicoterapia o taller que se adapte a lo que necesites... ¡Feliz VIDA!
Ana de la Macorra
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